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Este es el primer devocionario en el que se incluyen oraciones por intercesión del Juan Pablo II, editado con ocasión de su canonización. Le dedica una introducción su fidelísimo amigo y secretario personal – el cardenal Stanisław Dziwisz.
Karol Wojtyła era conocido tanto por ser un papa extraordinariamente cercano a la gente, como por su profunda oración. Estas características están reflejadas en el devocionario, convirtiéndose así en una herramienta ideal para mantener la unidad espiritual con san Juan Pablo II, y en una recopilación de oraciones útiles a lo largo de toda la vida: en los momentos más bellos y en los difíciles.
Entre las oraciones que incluye este devocionario se encuentran: santo rosario con Juan Pablo II, letanía por intercesión del nuevo santo, vía crucis con Juan Pablo II, examen de conciencia según las enseñanzas de Juan Pablo II, oraciones para diversas ocasiones y muchas más.
El devocionario ha sido traducido a las lenguas más importantes. Posee el imprimatur, por lo que ha sido oficialmente reconocido por la Iglesia Católica.
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Rezar con san Juan Pablo II
Dom Wydawniczy RAFAEL
IMPRIMATUR PARA LA VERSIÓN POLACA
Curia Metropolitana de Cracovia
no. 150/2014, 27 de enero de 2014
obpo Damian Andrzej Muskus OFM, vicario general
d. Kazimierz Moskała, vicecanciller
dr. Stanisław Szczepaniec, censor
AUTORES DE LAS ORACIONES
obpo Grzegorz Ryś
obpp Józef Zawitkowski
d. Henryk Romanik
d. Leszek Smoliński
Wojciech Jaroń
TRADUCCIÓN
Higinio J. Paterna Sánchez
PROYECTO DE PORTADA Y COMPOSICIÓN
Łukasz Kosek
FOTOGRAFÍA DE JUAN PABLO II fot. Wojtek Laski/East News
© 2014 Dom Wydawniczy RAFAEL
ul. Dąbrowskiego 16
30-532 Kraków
tel./fax 12 411 14 52
e-mail: [email protected]
www.rafael.pl
Edizione digitale: marzo 2014
ISBN: 9788375695229
Edizione digitale realizzata da Simplicissimus Book Farm srl
CONTENIDOS
Introducción
Oración para hacer una buena oración
Oración del padre de karol wojtyla para pedir los dones del espíritu santo
Totus tuus
Al comenzar el día
Por nuestros seres queridos
Oración de los prometidos
Por el cónyuge
Oración de los padres por sus hijos
Por los padres
Oración de los esposos para pedir por el don de los hijos
Oración de la mujer encinta
En la enfermedad
Letanía familiar a la providencia divina
Para reconocer el camino a seguir en la vida
Por el don del trabajo
Por los ancianos
Por los enfermos
Oraciones con S. Juan Pablo II en el día último
Por los difuntos
Por las vocaciones sacerdotales y conventuales
Por los sacerdotes
Por el papa y los obispos
Por el respeto a la vida concebida
Por la paz
Antes del sacramento de la penitencia
Examen de conciencia según las enseñanzas de S. Juan Pablo II
Petición de la conversión y de la perseverancia en los buenos propósitos
Antes de la santa misa
Acción de gracias después de la comunión
Acción de gracias después de la santa misa
Adoración del santísimo sacramento con Juan Pablo II
Rosario
Coronilla a la divina misericordia
Via crucis
Ángelus con S. Juan Pablo II
Letanía a S. Juan Pablo II
Letanía a santos particularmente cercanos a Juan Pablo II
Letanía a la reina del mundo
Pequeña letanía de kalwaria
Pequeña letanía de Łagiewniki
Pequeña letanía romana
Oración al final del día
Notas
INTRODUCCIÓN
Oración de Juan Pablo II
El Papa Juan Pablo II fue peregrino de la paz, apóstol de la Divina Misericordia, defensor de los derechos humanos, un papa-poeta y dramaturgo, un hombre abierto a otras culturas y religiones, un hombre de diálogo y de unidad entre las naciones. Dio varias veces la vuelta al globo terráqueo y se encontró con los estadistas más importantes, presidentes, primeros ministros, reyes, científicos y artistas, pero también con la gente sencilla – obreros y campesinos, gente sin hogar y enfermos en los hospitales. Fue, sin duda, un hombre de oración y con frecuencia lo llamaban “gigante de la oración”. En esa actitud había una gran capacidad de concentración, una fe inquebrantable y una especial sensibilidad para advertir la presencia directa de Dios.
Juan Pablo II no se avergonzaba de su oración. Recordamos sus multitudinarias Misas en los mayores escenarios del mundo – en plazas y estadios, en medio de las ciudades y en campos de cultivo. Siempre centrado en el Misterio que celebraba. Totalmente unido al Maestro, al que sirvió durante toda su vida. Dando la Sagrada Comunión – “el pan de los peregrinos” – en medio de las muchedumbres. La silueta ligeramente inclinada del Papa, de pie o de rodillas, era muestra de su completa inmersión en su propio interior, donde tenía lugar su diálogo con el Creador. Lo veíamos llevar la custodia durante las procesiones eucarísticas y arrodillarse ante la cruz del Salvador (como en Wrocław). O cómo se arrodilló con total sencillez ante el Santísimo durante la Misa, bajo el monte Krokiew, en Zakopane.
Es conocida su devoción mariana, que aprendió en su casa. Su padre fue su maestro: él lo llevó a los senderos del santuario de Kalwaria Zebrzydowska. Esta oración era muestra de una confianza absoluta en Dios, siguiendo el modelo de la Virgen e imitando su actitud de escucha de la Palabra de Dios y obediencia a la voz divina que habla en el alma. La actitud de María fue también modelo de servicio para Juan Pablo II y tambuén de perseverancia fiel bajo la cruz de Cristo hasta el fin. Su entrega a María se expresó en decenas de oraciones y actos de consagración de sí mismo y del mundo: en Roma, Fátima, Guadalupe, Lourdes, Częstochowa... Siempre llevaba consigo un rosario que sacaba en sus ratos libres. Se sumergía en la oración, repitiendo “Avemarías”.
Lo más impactante fue el rezo del breviario en el absoluto silencio de la catedral de Wawel durante su último viaje pastoral a Polonia, en agosto de 2002. Vimos a un Papa contemplativo, que entablaba un diálogo interno audaz con Dios. En la capilla privada, después de la Comunión, mientras hacía la acción de gracias, solo podía oírse la profunda respiración del Santo Padre, totalmente inmerso en Dios.
La oración era un modo de imitar a Cristo, que oraba con sus discípulos y con frecuencia acudía a la soledad para conversar en silencio con su Padre. Juan Pablo II palpaba más plenamente a Cristo durante el vía crucis. Lo rezaba cada viernes. Pidió que le colocaran las estaciones del vía crucis en la terraza del Palacio Apostólico. El Viernes Santo de 2005, durante los últimos momentos de su vida, abrazó con fuerza la cruz para que nada pudiera apartarlo de ese Amor crucificado, en el que confió hasta el fin.
card. Stanisław Dziwisz
Arzobispo Metropolitano de Cracovia
Cracovia,
Epifanía 2014
ORACIÓN PARA HACER UNA BUENA ORACIÓN
San Juan Pablo II, tu santidad nos llenaba de estupor. La gente te llamaba grande, venerable, bueno, y tú en tu vida sacerdotal y episcopal, y luego durante todo tu pontificado mostraste a la Iglesia y al mundo que hay muchos santos y beatos entre nosotros y en nuestros tiempos. Obtén para mí la audacia de la oración y la santidad y guíame a lo largo de mi vida hasta la casa del Padre, donde me esperas en la comunidad de los santos y los beatos. Amén.
ORACIÓN DEL PADRE DE KAROL WOJTYŁA PARA PEDIR LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Durante su primer viaje apostólico a Polonia (Varsovia, 1979) Juan Pablo II dijo a los jóvenes: “Recibid esta oración que me enseñó mi padre y sed fieles a ella”. Esta oración se la enseño su padre cuando se dio cuenta de que Karol, siendo monaguillo, no tomaba parte en la Santa Misa con la debida atención. Desde entonces, la rezó todos los días hasta el final de su vida.
Espíritu Santo, te pido:
el don de sabiduría para conocerte mejor a Ti y tus perfecciones divinas,
el don de entendimiento para comprender mejor el espíritu de los misterios de la santa fe,
el don de ciencia, para seguir en mi vida los principios de esta fe,
el don de consejo, para buscar en todo tu consejo y en ti siempre encontrarlo,
el don de fortaleza, para que ningún temor ni consideraciones terrenales puedan separarme de ti,
el don de piedad, para servir siempre a tu Majestad con amor filial,
el don de temor de Dios, para que tema el pecado, que tanto te ofende. Amén
Totus Tuus
ORACIÓN DE ENTREGA A MARÍA POR MEDIO DE SAN JUAN PABLO II
Virgen del Abandono,
el Santo Padre – el Papa de Polonia
aquél que en polaco oraba
y que es ahora santo para el mundo entero
te lo dijo todo en breves palabras –
Totus Tuus.
Madre de mi fe,
Madre de mi esperanza y de mi amor,
no sé expresarte con palabra
cual es mi deseo,
y deseo confiártelo todo,
mi pensamiento, mi trabajo,
todos a quienes quiero
y todo lo que es mío.
Que todo sea tuyo,
y yo quiero ser Totus Tuus.
Sé que esta es una confianza que llega hasta la sangre
pero confío y amo.
¡Madre! Todo me resulta difícil.
Poco fiable es el ser humano.
Parece como si el infierno entero
se hubiera abierto contra aquellos
que son de Cristo
y también contra mí.
¡Madre! ¡Muestra que eres Madre!
Aplasta la cabeza de la serpiente, la fuerza de satanás
y que venga por fin
el Reino de tu Hijo.
Madre, te creo, confío en ti
y te amo: oh, bondadosísima;
oh, misericordiosa; oh, dulce Virgen María.
Amén.
AL COMENZAR EL DÍA
Padre bueno, gracias a tu amor puedo vivir un nuevo día. Quiero ponerlo en tus manos amorosas, sabiendo que estás junto a mí en todo momento. Te confío la gente que hoy encontraré en mi camino. Te confío el trabajo que hoy realice. Te entrego mis planes, pensamientos y sueños.
San Juan Pablo II decía que “hace falta que en los corazones de los creyentes se asiente un deseo de santidad que dé forma no solo a su vida privada, sino que influya también en la forma de comunidades enteras”.